viernes, 20 de julio de 2012

XVII

Todas son ella.
Ella es todas.
Siempre hay oasis
en medio de las arenas del tiempo.
Nunca cesan el sol y la sed.
Renuncian mis labios
a tocar siquiera
el nuevo abrevadero,
no por ella sino por respeto
al sino de mi materia y de mis pasos:
la aridez de la eternidad.