martes, 3 de julio de 2012

XI

Allí, en el obscuro,
en la hondura de la grieta,
miro la muerte
del aliento del alba.
Bosques de tiniebla
mueven sus ramas subterráneas.
La razón yace rota
y la esperanza es composta
que acuna sierpes ponzoñosas.
Lejos están las nubes y la lluvia,
lejos los sueños compartidos,
imposibles ya los deleites de la aurora.