domingo, 29 de julio de 2012

BB

El enamoramiento es cuando juramos que la flatulencia del otro es perfume.
Amor es aceptar como propio el hedor del otro.

Cuán cierto es aquello de "la química del romance" (sustituyamos "romance" por "amor", o más mejor, sin ánimo hiperbólico: "pareja")
Todo viene a resultar que los lances románticos no son sino química, química orgánica. Específicamente la de las bacterias.
Las bacterias simplifican la complejidad de la otrora vida en compuestos oxidables, tales como el metano. No somos sino fornicación, construcción, decadencia y fenecer en el guión matemático de las bacterias.

O sea: no somos nada.