Y comparto el manifiesto siguiente:
Nada hay que temer, seamos fuertes, porque siempre habremos de tener la bendición de contar, cada verano, con la venta de abrigos. Ya no estén de ociosos y vayan agrandando el capital.
Y como dijera el fundador entre los griegos de la parte racional (en sentido lato), porque la voluntad, directamente asociada a la animalidad, es inelegible (aun los mismos dioses son quienes deben ser). Como gritara (seguramente con voz capretina) ante la adversidad y las tentaciones que buscaban arrebatarle wsu destino, ese navegante irredento que circundado y colidido por hijos de titanes, hechiceros y hasta diosas, el ateneido por antonomasia: ¡VIVA ÍTACA, CABRAS!
Que esto que lotro:
LA VIDA ETERNA.
ESTABLEZCO ULULARES GEOMÉTRICOS. ELIJO NOMINAR INFINITA OSADÍA.
LAUS DEO.